Hay ciertos factores que pueden aumentar el riesgo de sufrir un derrame cerebral, algunos de los cuales están fuera de nuestro control. Estos incluyen la edad, el origen étnico (las personas de raza negra tienen un mayor riesgo), antecedentes familiares de derrame cerebral y haber tenido previamente un derrame cerebral o ataque al corazón.
Además, ciertos problemas de salud y comportamientos también aumentan el riesgo de sufrir un derrame cerebral, como tener colesterol alto, hipertensión, diabetes, fumar, llevar un estilo de vida sedentario, consumir alcohol en exceso y abusar de drogas.
Para reducir el riesgo de sufrir un derrame cerebral, cualquier persona puede realizar cambios saludables en su estilo de vida. Estos cambios incluyen:
- -Dejar de fumar en caso de ser fumador.
- -Realizar ejercicio regularmente (si el médico lo considera seguro) durante al menos 30 minutos al día, la mayoría de los días de la semana.
- -Perder peso en caso de tener sobrepeso, siguiendo una guía de un médico o enfermera para hacerlo de manera saludable.
- -Mantener una dieta saludable con abundantes frutas y verduras. Algunos expertos recomiendan seguir una dieta mediterránea, que incluye frutas, verduras, frutos secos, cereales integrales y aceite de oliva, además de pescado, aves y productos lácteos en moderación y poca carne roja.
- -Reducir el consumo de sal (sodio).
- -Limitar el consumo de alcohol, siguiendo las pautas de no más de una bebida al día para las mujeres y uno o dos tragos al día para los hombres.
Además de los cambios en el estilo de vida, existen medicamentos que pueden ayudar a reducir el riesgo de sufrir un derrame cerebral en personas que ya han tenido uno. Estos medicamentos pueden incluir aquellos que reducen la presión arterial, el colesterol LDL ("malo") y la formación de coágulos sanguíneos. También pueden recetarse medicamentos para controlar los niveles de azúcar en la sangre en caso de diabetes.
Es importante seguir las indicaciones médicas al tomar los medicamentos recetados y, en caso de dificultades para adquirirlos o experimentar efectos secundarios, comunicarse con el médico o enfermera para buscar soluciones alternativas.
Al tomar medidas para controlar los factores de riesgo y adoptar un estilo de vida saludable, se puede reducir significativamente la probabilidad de sufrir un derrame cerebral y promover una mejor salud en general.
